Schadenfreude un término alemán acuñado por primera vez en 1740 que define el disfrute con el dolor ajeno. Para traducirlo al castellano, el único concepto que se le parece es ‘regodeo’.

Las causas son: la envidia, el egoísmo, la baja autoestima y un sentimiento errado de justicia. Todos son sentimientos que hemos experimentados, pero no por eso debemos dejar que nos gobiernen, está en nosotros racionalizarlos e intentar darles un camino más saludable, especialmente para nosotros mismos.

La baja autoestima nos hace creer que el otro es nuestro rival, que es mejor que nosotros, en realidad el otro solamente es diferente.  La autoestima se cultiva desde nuestro nacimiento de lo contrario, los errores de todos los días terminan siendo catástrofes de una profecía autocumplida.

Por otro lado, el concepto de justicia es muy especial. Creer que es injusto que el otro reciba lo que a uno se le ha negado no nos da el derecho a ningunear al prójimo. El concepto de caridad o solidaridad es desconocido para los odiadores, si reconocen el indigno concepto de ‘beneficencia’, es decir, dar lo que te sobra o ya no querés.

Son todas excusas para el desarrollo de una sociedad inhumana. El filósofo alemán Arthur Schopenhauer dijo una vez que la schadenfreude era "un signo infalible de un corazón completamente malo".

“Colin Leach, psicólogo de la Universidad de Columbia y autor de estudios relacionados con la schadenfreude, afirma que el placer de la schadenfreude se intensifica cuando se dirige a alguien que nos desagrada, y que las redes sociales a menudo fomentan estas emociones.” ^{Daryl Austin} "De hecho, un psicólogo muy conocido -Simon Baron-Cohen- dijo que los psicópatas no sólo no son empáticos con el sufrimiento de otros, sino que pueden disfrutarlo: 'Los alemanes tienen una palabra para esto", escribió, 'Schadenfreude'.

Algunos dicen, “la crueldad está de moda” y vemos que desde el presidente hasta los ciudadanos celebran el cierre de empresas, personas que quedan sin trabajo, enfermos de cáncer quedan sin medicamentos. La schadenfreude en este país va más allá del sufrimiento ajeno, muchos festejan el sufrimiento propio. Muchos trabajadores pobres y pobres trabajadores están dispuestos a sufrir cualquier restricción, aún a costa del padecimiento de sus propios hijos con tal de que los supuestos enemigos, en este caso el kirchnerismo (que hace más de 2 años no existe) así como el comunismo (que desapareció en 1990), no gobiernen. Por ejemplo, prefieren pagar 4 veces más el boleto de colectivo y dicen que con 1000 pesos no se compra nada en lugar de indignarse por la situación actual.

Y como les gusta decir a los actuales libertarios: “nada es gratis”. Por supuesto, nada es gratis, porque la schadenfreude se paga y muy caro. El odio envenena a quien lo padece y a sus propios hijos educados en ese nido; la baja autoestima incita a tomar muy malas decisiones y el resentimiento no nos deja en paz.

La percepción del otro distinto se transformó incluso en el vocabulario: trolls, horcos, kukarachas, excrementos, imbéciles, cabezas de termo, etc.

“Lo importante no es mantenerse vivo sino mantenerse humano.” ^{George Orwell}

Ya no es ciudadano en pos de la comunidad, sino en pos de cuánto odio me genera el otro.

Entre un candidato con aspecto normal y otro con un arma, la sociedad eligió al del arma, que dice ser ‘el elegido’. Moisés condujo a su pueblo a la liberación de la esclavitud que padecían en Egipto, el derecho a una vida mejor era el objetivo. Sin embargo, el “Moises” argentino lleva a su pueblo a la restricción de derechos en favor de especuladores y grandes capitalistas a quienes ha sido bautizado como “héroes”.  

Nuestro presidente reunió a todo su gabinete en un comité de crisis. ¿Por la creciente desocupación; por la inflación en dólares que pagamos todos los días; por el inminente cierre de las universidades públicas; por las familias que están desamparadas durmiendo en las calles; por los jubilados que no tienen para comer; por las relaciones internacionales que está destruyendo la soberanía argentina?

No. Por una nación extranjera, Israel, que desde 1967 somete a otra, Palestina. Si, Israel, un país con un gobierno teocrático que cree que todos estos desastres traerán al Mesías que tanto esperan ^{https://www.youtube.com/watch?v=Ph9fhhf5g68} . El desprecio por el otro es tan grande que un número muy importante de evangelistas han votado por un mesías que no cree en Jesús como el hijo de Dios, ya que se ha convertido al judaísmo sionista, es decir el Mesías que no cree en tu Mesías, pero odia con la misma intensidad.

Cualquier supuesto Mesías que necesitase del odio, la destrucción, la miseria y el sometimiento del resto de la humanidad, más que mesías sería un enfermo mental.

“La envidia y el placer por el sufrimiento ajeno podrían ser marcadores tempranos de un tipo de demencia”. “El aumento de estas emociones se asoció con alteraciones en pruebas que miden empatía y control cognitivo; y con atrofia de regiones frontales y temporales.”  ^{Nora Bär (diario La Nación).}  Y si lo pensamos por unos minutos, cualquier persona que disfrute la violación, las torturas, los despidos o el sufrimiento de otras personas, está claramente enfermo/a.

Así como los mesiánicos cierra los ojos a la realidad, los abren ante las redes sociales gobernadas hoy por miles de trolls que desde la Casa Rosada, hoy gobiernan. ¿Trolls? Otra palabra que deshumaniza, no son trolls son personas, son MILITANTES (asociados, afiliados, participantes)  del Mesías Milei.

Podemos discutir y recurrir a mitología,  de quién es la supuesta tierra prometida, pero desde el 7 de octubre del 2023 mataron a 12.300 niños palestinos y no se escuchan voces argentinas en contra de estos crímenes, pero sí en contra del aborto. Hacerlos nacer para matarlos ya adolescentes por hambre, ausencia de derechos o gatillo fácil. Schadenfreude.

¿Y si el de la motosierra decide enviar ciudadanos argentinos a Israel, así como declaró ayudar a Ucrania? ¿Cuántas madres están dispuestas a soportar que sus hijos vayan a la muerte sólo por no reconocer que se equivocaron en las urnas?

Hay un viejo refrán que dice, “la caridad bien entendida empieza por casa” y en nuestra casa no hay caridad, ni solidaridad, ni patriotismo, sólo acciones y declaraciones que alientan la shadenfreude que destruye a propios y ajenos.