La Agencia Nacional de Seguridad Vial aún debe dar el visto bueno para poner en marcha el dispositivo, que ya está instalado. El radar está ubicado en el tramo final de la inconclusa ruta 23, a pocos metros del fin del pavimento. Tendría fines recaudatorios y sería administrado por Vial Control.

En la oscuridad del tramo final de la ruta 23, un haz de luz ilumina una pequeña fracción del pavimento y es donde el municipio de Dina Huapi junto a la empresa Vial Control instalaron un radar de velocidad, que aún no funciona.

El dispositivo recaudador aún no ingresó en etapa de prueba y aguarda la aprobación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial y del INTI, que deberá fiscalizar el funcionamiento de los equipos instalados.

Mientras tanto los operarios trabajan en la instalación de la cartelería vertical que anuncia la presencia del radar, y regula la velocidad máxima para transitar por ese tramo de la ruta.

Equipos del municipio local trabajaron durante varias jornadas en el movimiento del suelo, la colocación de los postes y la colocación de la luminaria.

Resulta paradójico que el radar se encuentra en un tramo inconcluso de la ruta 23, perteneciente a jurisdicción nacional. A pocos metros de allí el asfalto, que se encuentra sin terminar y peor aún sin señalizar, finaliza. Una prominente estructura de hormigón situada sobre la traza entorpece la circulación por esa ruta, que hasta llegar al cruce con la 40 permanece intransitable teniendo en cuenta que aún es de ripio.

Hernán Terrens, jefe de gabinete del municipio de Dina Huapi, explicó que la instalación depende de Vial Control y la fiscalización está a cargo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, que aún debe aprobar el funcionamiento del radar. “El municipio de Dina Huapi no tiene nada que ver” dijo, a pesar de que los operarios del ejecutivo que conduce Hugo Cobarrubia trabajaron de forma activa en la instalación del radar.

El funcionamiento del mismo tiene fines meramente recaudatorios, debido a que no existen antecedentes de accidentes en el lugar e incluso los conductores – al menos los que circulaban en dirección al oeste – deben reducir la velocidad debido a que el entusiasmo del asfalto, llega hasta ahí.

El convenio con la firma Vial Control, dijo Terrens, fue rubricado durante la gestión del ex intendente Danilo Rojas aunque en la actualidad mantiene vigencia.