6 de diciembre de 2019
La Revancha de Capó

En el actual año, las mediciones de Juntos Somos Río Negro no lo favorecieron en ninguna de las encuestas.
Esta es la historia de una revancha, la revancha de lo que no pudo ser. La historia de un funcionario crónico, Armando Capó, quien llega al Municipio en esta oportunidad de la mano de Mónica Balseiro, quien ganó por sí misma la intendencia de Dina Huapi.
Armando Capó se presentó en las elecciones del 2009 como candidato a intendente por el Frente Grande, después de haber rechazado todo tipo de alianza con quienes “pelearon” por la municipalización de Dina Huapi, quedando muy lejos del podio en las elecciones de ese año. En el año 2011, llega al cargo de concejal por el Frente para la Victoria, otra vez de la mano de Mónica Balseiro. En el 2015, su candidatura a la intendencia con el MPDH lo dejó ahí nomás a las puertas de la intendencia.
Al perder las elecciones, pasó a trabajar para la Provincia para la cartera de Transporte, donde los vecinos de Dina Huapi esperábamos que nos ayude en el conflicto de los colectivos, pero esto nunca ocurrió.
En el actual año, las mediciones de Juntos Somos Río Negro no lo favorecieron en ninguna de las encuestas, por lo cual, el partido de Alberto Weretilneck propone a Mónica Balseiro para la lista. Y Verónica Montero como Delegada de la Provincia en Cultura.
Balseiro, quien fue durante más de una década la arquitecta de la Comisión de Fomento y luego en la Municipalidad de Dina Huapi, conoce muy bien el pueblo y sobre todo, lo que tiene que ver con las obras hechas y las posibles por hacer. En su desempeño como empleada de la ex Comisión de Fomento siempre se mostró pronta a la resolución de los conflictos.
Alineada a la propuesta ideológica del Frente de Todos, dicho por ella misma, llegó con una propuesta de una Municipalidad de “puertas abiertas” y con ideas muy concretas respecto a temas que preocupan a los vecinos.
En este contexto, la figura de Armando Capó en si no es cuestionable, lo que sí es preocupante, cuestionable y controvertido, la presencia de dos miembros más de la familia de Armando Capó en cargos sensibles del Municipio. Este asunto deja un halo de preocupación por el tenor de las designaciones o contrataciones.
La designación de Capó no sorprende, ya se dejaba entrever durante la campaña, cuando Capó acompañaba a Balseiro en diferentes reuniones proselitistas y parecía Capó tener todas las respuestas en lugar de dejar hablar a la candidata, sobre todo en el tema del transporte público, cuando el encargado de buscar las soluciones desde hacía cuatro años era él.
Armando Capó, Jefe de Gabinete; Verónica Montero, su esposa, Secretaria de Turismo, Cultura, y Deportes y Carlos Landi, cuñado de Montero, a cargo de Inspección General.
El hecho de que el matrimonio Montero-Capó estén ambos como funcionarios en el mismo Municipio es raro, sin embargo debemos hablar de tres miembros de la misma familia en cargos sensibles, esto dice de una falta de ética y transparencia increíble. Estamos cerrando con el gobierno de un presidente que acomodó a todos sus amigos, a sus “hermanos del alma”, no es aceptable tampoco en nuestra localidad.
Resta preguntar si Mónica Balseiro estuvo de acuerdo con esto. Parece difícil de creer que Balseiro haya aprobado el destino de la familia del funcionario.
¿Quién o quiénes han presionado para que esto ocurriese?
Además se sospecha que tanto Julieta Montero, como Jowen Capó, hijo de Armando, y la novia de Jowen, también tendrían la promesa de puestos dentro del Municipio, lo cual aumentaría la gravedad de la situación.
El Ejecutivo puede elegir a sus colaboradores, pero querer justificar la presencia de toda una familia en este pequeño municipio… No hay cómo justificar. No sólo no es ético, es inmoral, vergonzoso e inescrupuloso. Es una lástima que Mónica Balseiro se encuentre en esta situación cuasi corrupta empujada por otros, al menos es lo que se sospecha.
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